Proyecto de Interiorismo
Reforma y Decoración de una
 Vivienda bien aprovechada

San Vicente del Raspeig (Alicante)

Una pareja joven, con dos niñas pequeñas, nos han ofrecido la posibilidad de diseñarles una vivienda donde cada espacio estuviera lo más aprovechado posible y al mismo tiempo que ofreciera comodidad y funcionalidad tanto en el mobiliario como en su distribución. 

Ya que solo contábamos con 58m², hemos ordenado los espacios con diferentes usos y posibilidades según el momento del día. La comida, el descanso, las reuniones con amigos o el juego con sus pequeñas.

El proyecto se basa en el diseño, reforma y decoración de una vivienda de 57,84m² con la siguiente distribución:

     - Entrada - Distribuidor.
     - Salón - Comedor.

     - Cocina.

     - Dormitorio principal.

     - Dormitorio infantil para 2 niñas de 1 y 3 años.

     - Baño.

A partir de aquí,  y una vez realizadas las particiones, se han tenido en cuenta las necesidades para la selección de materiales y acabados. Tarima laminada con aislante acústico/térmico, carpintería y rodapiés lacado en blanco, mobiliario funcional con estilo, colores agradables y sufridos, alicatados con personalidad y una decoración personal y ecléctica donde se hace fácil colocar cualquier detalle o recuerdo de sus vivencias. Con todo esto, hemos conseguido crear un hogar donde poder disfrutar el día a día en familia. 

entrada - distribuidor

salón

salón

dormitorio principal

dormitorio infantil

cuarto de baño

carpintería lacada

distribución vivienda

Proyecto de Interiorismo
para Volkswagen - Levante Wagen

Área de Recepción Activa
Avda. del Cid, 152 Valencia

Colaboración en resvista Houzz

Color: Claves para pintar las paredes
con un efecto degradado

Descubre las ventajas de un efecto degradado, en qué estancias se puede aplicar y los secretos para conseguir bordarlo con éxito.

No es nada complicado jugar con los colores de nuestras paredes apostando por un degradado de tonalidades, en lugar de revestirlas con un único color. Entre sus ventajas se encuentran la sensación de una mayor amplitud, el aportar un mayor protagonismo a una pared cuando sea necesario o la activación de una zona concreta. Dos expertos nos ayudan a entender mejor las claves de esta técnica y su aplicación. 

El efecto degradado es una importante opción para dar un mayor protagonismo a nuestras paredes. Según Carlos Quesada, de Q-interior, “si se aplica a modo decorativo, se puede utilizar cualquier técnica o color que se nos ocurra y de manera sutil o marcada, incluso combinando colores muy diferentes que se funden entre sí”.

Pero, ¿hay colores mejores o peores para realizar efectos de degradado? “Por lo general se utilizan más los tonos pastel a la hora de conseguir un ambiente relajado y fresco, de modo que no condicionen demasiado el resto de la decoración. Si lo que se pretende es dar color a un espacio o una pared determinada, se puede utilizar cualquier color vivo u oscuro, pero tratando de no cargar el ambiente por completo”.

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Otra duda que se nos puede plantear es si este tipo de efecto es válido para cualquier espacio de la casa o debe, por ejemplo, reservarse a habitaciones o rincones pequeños. “Cualquier estancia puede ser idónea para darle un toque de color de este modo, teniendo siempre en cuenta el uso de ese espacio”, señala Carlos Quesada. “La altura donde se encuentre el degradado o la disposición del tono más claro nos permitirá dar más o menos luminosidad a una estancia”.

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Existe una manera muy básica de aplicar este efecto a un muro. En primer lugar, debemos pintar toda la pared del color más claro. Después debemos medirla y dividirla según los colores que queramos aplicar. Con la ayuda de tiza, una cuerda y un poco de cinta adhesiva,marcaremos las líneas de división. Eso nos permitirá pintar con el segundo color hasta llegar a la línea de división. ¿Y cómo conseguimos el efecto de degradado en la zona de división? Muy sencillo, empleando una brocha seca sobre la pintura húmeda, con ella obtendremos un efecto de difuminado perfecto.

Carlos Quesada apunta que, al margen de esta aplicación básica, “hay varias maneras de hacer estos degradados: puede ser con un degradado uniforme a pistola, con la misma huella que deja el rodillo, con brochazos, con bandas o líneas de diferentes tonos, con decapados, con efecto acuoso (acuarelas), estucos, etc… No obstante, la clave para conseguir un atractivo efecto de degradado es la creatividad y la destreza”. En este caso es conveniente ponerse en manos de un profesional.

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Además de darle un colorido más original a nuestras paredes, ¿qué conseguimos con el efecto degradado? Javier González indica que merece la pena emplear este efecto en “estancias donde queramos ganar sensación de espacio, ya sea por las reducidas dimensiones de la habitación o por su importancia en la distribución de la casa. La pintura en degradado tiene un efecto impactante, haciendo que un espacio sobresalga frente al resto de estancias”.

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El tipo de degradado también cuenta. “El efecto varía algo según el tipo de degradado que hagamos”, comenta Javier González. “Si hacemos un degradado geométrico (con líneas horizontales, cenefas…) estaremos aplicando un efecto papel pintado, es decir, decorando una pared de manera profusa. Este tipo de degrado solo debe utilizarse en paramentos principales de una estancia, en aquellas que queramos destacar por su posición o características especiales, mientras que para el resto de la estancia deberemos aplicar un color liso y calmado. En cambio, si utilizamos un degradado real, sin transiciones, podremos conseguir un efecto muy especial al pintar toda la habitación, especialmente si degradamos desde algún color hasta el blanco, o de un color muy oscuro a otro muy claro”.

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Carlos Quesada apunta al respecto que “el efecto degradado en paredes, normalmente en horizontal, puede darnos más amplitud a un espacio determinado o simplemente servir como complemento decorativo convirtiéndo las paredes en un lienzo”.

“Para dar más sensación de espacio a una estancia, puede aplicarse un color en la parte inferior y subir (o al revés) con uno o varios tonos más claros, pudiendo acabar en un tono muy claro de ese color o bien en blanco puro. De esta manera, la luminosidad del espacio quedará realzada según la técnica elegida”.

Expertos consultados:

Carlos Quesada, de Q-interior, diseño de interiores

Javier González, de DIKA estudio